Santuario del Tallat

Monasterio del priorato de Santa Maria del Tallat, situado en un impresionante balcón natural

En lo alto de la sierra que cierra abruptamente la Conca de Barberà, persisten las ruinas del antiguo priorato de Santa María del Tallat. Des de la cima se avistan las comarcas del Urgell, la Sagarra y la Conca de Barberà. Recientes restauraciones han devuelto la dignidad al lugar.
En la actualidad el santuario se compone de un patio cerrado por las paredes en escombros del antiguo monasterio, una iglesia de obra nueva presidida por una reproducción de la popular imagen de la Virgen del Tallat, y finalmente unos espacios interiores con mesas y chimenea, de acceso libre, habilidades para hacer encuentros y comidas.

Vista aérea del Santuario

El Tallat perdura hoy popular entre las comarcas vecinas. Por razones religiosas, identitarias o simplemente porque es la cima que domina estas tierras, las gentes de la Conca de Barberá, Segarra y el Urgell organizan todo el año procesiones, encuentros, meriendas y excursiones a pie o en bicicleta.
La primera noticia de edificación que tenemos del Tallat se remonta al siglo XI, cuando ésta era todavía tierra de conquista entre la Cataluña Vieja cristiana y la Cataluña Nueva andalusí. En aquellos tiempos habría existido ya una torre de defensa desde donde mirar la llegada del enemigo, hacer señales y alojar a las tropas.

A mediados de siglo XIV, tenemos la primera noticia del establecimiento de una iglesia en la cima de la montaña. Esta fue fruto de una iniciativa popular, promovida por los vecinos de Rocallaura que, de su bolsillo y sin el mecenazgo de ninguna casa noble, costearon la construcción de una pequeña ermita. Este tipo de iniciativas devotas solían responder a la satisfacción de votos a la Virgen realizados en el transcurso de alguna dificultad o penuria. Aunque sólo sea una hipótesis, teniendo en cuenta que la fundación de la iglesia de Santa María del Puig del Tallat se fecha de 1354, es posible que los vecinos de Rocallaura quisieran dar gracias a la Virgen por haberlos liberado del epidemia de peste negra, que desde hacía una década asolaba toda Europa.
Pronto un milagro confirmó la santidad de la cima del Tallat. La tradición dice que hacia 1475 una Virgen tallada en madera se apareció a un pastor de Rocallaura y que, después de repetidos intentos para transportarla hacia la llanura, a lo que la santa imagen milagrosamente siempre acababa retornando y reapareciendo en el lugar donde había sido descubierta por primera vez, se convino de no moverla más y hacerla residir en el santuario de la cima del Tallat.

Virgen del Tallat, imagen en madera policromada del siglo XIV, custodiada todavía hoy en el municipio de Rocallaura desde donde cada año es llevada en procesión hasta la cima del Tallat. Una reproducción se encuentra expuesta en la iglesia del Tallat. Fotografía de Juan Nolla (Flickr)

Lo cierto es que la fecha de la aparición coincide con la campaña de promoción y restauración del santuario del Tallat que emprendió Ramón Berenguer de Llorac, dueño del bienaventurado pastor y señor de Solivella, que desde su castillo podía mirar el perfil del santuario del Tallat recortarse a la cresta y que, quizás por ello, le profesaba una especial devoción. Tal era esta devoción que consiguió la implicación del propio rey Juan II y del mismo monasterio de Poblet para iniciar reformas en el santuario, que por otra parte había salido muy mal parado debido a la guerra civil catalana (1462-1472).

Así pues, la aparición de la Virgen quizás correspondería más a una re-aparición que a una primera epifanía; tal vez alguien escondió la ya existente imagen gótica del siglo XIV, en el bosque, para protegerla de los estragos de la guerra y, al terminar ésta, fue reencontrada más o menos milagrosamente. Lo que no deja lugar a duda es que su aparición, o reaparición, se aprovechó para popularizar aún más el culto ya existente de la Virgen del Tallat en un momento en que la corona y el monasterio de Poblet se volcaban progresivamente en la promoción de su culto.
A finales de siglo XV y principios de siglo XVI comienza el periodo de mayor esplendor del Tallat. Las numerosas reformas realizadas entonces son las que hoy dan forma al actual santuario. Fernando el Católico retomó el relevo de su padre Juan II en la promoción del santuario; tanto es así que todo parece apuntar que el monarca habría hecho estancia en 1493 con su esposa, la reina Isabel la Católica. El rey Fernando encomendó personalmente la tarea de custodia y promoción del santuario al abad de Poblet. Es así que finalmente el santuario se convirtió en un priorato de Poblet. En adelante un pequeño grupo de monjes se instaló bajo la dirección de un prior cisterciense.

Foto de época de las ruinas del antiguo claustro del priorato de Santa María del Tallat antes de que el arquitecto y conservador Domenech i Muntaner las utilizara para reformar el castillo de Santa Florentina en Canet de Mar.

Ya como priorato filial de Poblet, se construyeron dormitorios, una cocina, un refectorio, un patio-claustro, estancias para acoger peregrinos y huéspedes, y todo el complejo monástico necesario para una pequeña comunidad cisterciense, siguiendo el estilo gótico florido en boga en el Renacimiento.
Con las desamortizaciones de Mendizábal en la primera mitad del siglo XIX, los monjes residentes tuvieron que abandonar el priorato que, junto con las tierras que trabajaban, pasó a subasta. Arcos, capiteles y ricos motivos ornamentales se dispersaron progresivamente, vendidos o saqueados.

Patio interior del Castillo de Santa Florentina, Canet de Mar. Los arcos, capiteles y puertas pertenecen al antiguo priorato del Tallat. Fotografía de Joan Tous y Casals, 1964. A modo de anécdota, el castillo de Santa Florentina, re-habilitado por Domenech i Muntaner empleando tantos elementos decorativos del Santuario del Tallat, ha servido para el rodaje de 'Game Of Thrones' (temporada 6, 2016).

Una parte importante de este material se encuentra hoy visible en el castillo neogótico de Santa Florentina de Canet de Mar y en el Palau de Mar y Cielo de Sitges, dado que el arquitecto y conservador Domenech y Muntaner los adquirió para restaurar y decorar estos otros monumentos.
Tras años de abandono, en 1970 se fundó la asociación de Amigos del Tallat, actual propietaria del santuario, que pasó a encargarse de la restauración y la custodia del monumento. En 1975, con ocasión del primer Aplec del Tallat, se restituyó una nueva imagen de la Virgen del Tallat, ausente de su templo durante más de 150 años.
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